viernes, 3 de mayo de 2019

La importancia de seguir aprendiendo




Nacemos aprendiendo y morimos aprendiendo, no podemos dar por hecho que ya lo sabemos todo, o que sabemos más que nadie.

La demencia supone un declive de las funciones superiores, es decir, de lo que nos permite aprender dentro de la normalidad, no obstante, sigue habiendo emociones y necesidad de contacto con las personas queridas, estemos donde estemos, y si nuestro organismo mantiene la necesidad de supervivencia, nuestro cerebro se aferra a los acontecimientos del pasado y construye su existencia en base a los recuerdos que permanecen, aunque con la evolución de la enfermedad también se diluyen y pensamos que “desaparecen”.

Familiares de personas con demencia, y los profesionales que estamos en contacto con ellos, también necesitamos aprender. El familiar para llevar mejor la convivencia y adaptarse a los cambios que se van produciendo en la persona demente, y los profesionales para intentar sacarles el mayor partido posible y enlentecer la evolución hacia la degeneración.

Si familiares y profesionales actuásemos de común acuerdo ¿Cuánto más no se podría hacer? ¿Cuánto podemos aportar los profesionales y cuánto los familiares?

Ni familiares ni profesionales podemos detener ese deterioro, pero podemos aprender más en común, que no cada uno por nuestro lado, y por supuesto esto ayudaría también a la persona con demencia y a la convivencia con ella.

Muchas actividades se organizan desde esta Asociación para fomentar el aprendizaje tanto en cursos y talleres como en terapias para familiares, y en relación a todos los que podríamos ser, muy pocos los que vienen ¿Será que ya lo saben todo? Nosotros seguimos asistiendo a cursos, aprendiendo, y todavía tenemos la esperanza de que algún día, realmente no seamos necesarios para nadie, que hayamos podido aprender lo suficiente como para poder tratar esta enfermedad sin que afecte a tantas personas.


Ángeles Ferrándiz
 Directora AFA Villena